Construyendo, el proyecto que transforma vidas  

Construyendo nace muchos meses antes de ver la luz. Su creación emerge de la necesidad de formar hombres y mujeres capaces de ser empáticos con el otro, de ser solidarios, apoyar y unirse en equipo para formar un cambio en la sociedad.

Todo surge del corazón, de las ganas de ayudar y servir a una comunidad vulnerable; en esta ocasión, nuestros alumnos acudieron en la periferia de Temoaya, un poblado Otomí. Ahí la gente es cálida, honesta, trabajadora y durante los tres días que  duró el proyecto Construyendo, albergó a la comunidad ITYC, les proporcionó alimento, techo y calor de hogar.

El grupo de voluntarios que se registro para la actividad, debía estar presente el viernes desde las siete de la mañana y así fueron llegando poco a poco las familias que formarían parte de este cambio.

Acudieron con mochilas al hombro, ropa cómoda pero, sobre todo, con ansias de conocer el sitio que transformaría por completo sus vidas.

Así pronto se llenó el autobús que los trasladó a su destino, descendieron y ahí comenzó lo que sería la formar de trabajar  durante las 72 horas que pasarían juntos: en equipo.

Al llegar a la comunidad, pronto todos comenzaron a trabajar, a seguir las indicaciones que los líderes de los grupos  señalaron y la construcción de un aula que los niños y niñas de esa comunidad pronto agradecerían.

Con el paso de los días, los padres de familia, los alumnos, alumnas y docentes levantaron muros, cimientos que pronto darían forma a lo que hoy es un aula para que las generaciones del presente y del futuro consoliden sus sueños de estudiar y ser exitosos.

Sin duda, esta experiencia enriqueció el espíritu de todos los participantes, formar parte de un proyecto que brinda la oportunidad de ser una mejor persona moral y éticamente.

En los días que duró Construyendo, observamos que la comunicación y la empatía fueron clave para llegar a los resultados finales. Es evidente que todos se despojaron de sus comodidades para adentrarse a un mundo distinto, lejos de la vida holgada que tienen ahora.

Todos llenaron sus ropas de polvo, de cemento, tierra, grava, materiales que sólo podían describir la labor tan grande que ahí se estaba gestando. Los adultos cargaron bultos de cemento, botes llenos de mezcla, agua, vigas, tablarroca, todo el material de construcción que contribuyó a que los muros se pusieran de pie.

Sin embargo, Construyendo no sólo se trató de levantar muros, tiene un objetivo mas profundo: impactar la vida de cada uno de los participantes.

Es cierto que a su regreso, cada persona que vivió esta experiencia confirmó que SeComun siembra semillas que cambian perspectivas.

Hoy sabemos que esta proyecto seguirá su camino y con el paso se los años se enriquecerá mucho más.

Gracias a todos los voluntarios, han dejado una huella imborrable en la historia del ITYC; por esta razón nos mantendremos siempre unidos y llenos de amor.