Estrés y ansiedad dificultan el aprendizaje

El estrés es un tema del que muchos hablamos, pero ¿cómo es que afecta a los niños y adolescentes? En el último número de la revista Rompan Filas, se publicó un reportaje sobre este tema, aquí un extracto.

Los factores estresantes que causan ansiedad en extremo, merman la capacidad de niños y jóvenes para cursar sus estudios con éxito y alcanzar un nivel óptimo de aprendizaje, ya que inciden negativamente en la salud mental, fundamental para el procesamiento de la memoria en todo conocimiento. Además de que influye la genética, la personalidad, la química del cerebro, algunas costumbres o modas sociales que se popularizan en las redes sociales, los elementos estresantes son poco favorables para el bienestar de los jóvenes y su desempeño escolar.

Hay algunos niños que tienen reacciones inesperadas y desproporcionadas en el desarrollo normal de experiencias como ir a la escuela, irse a un campamento, convivir con compañeros nuevos o cambiar de ciclo escolar, así como por actividades cotidianas para alcanzar el éxito o por incursionar en un mundo que a sus ojos parece amenazador por las noticias con tintes violentos en los medios o la multiplicidad de mensajes en redes sociales que les causan ansiedad.

De acuerdo con la Academia Americana de Pediatría, además de los factores estresantes que tenga que vivir un escolar en el plano emocional y de desarrollo, lo que tal vez empeore sus problemas de memoria son la desnutrición, la falta de sueño, el esfuerzo excesivo o que se le presente mucha información o muy compleja al mismo tiempo o una velocidad excesiva.

A medida que los niños avanzan en los niveles escolares, en forma constante se les pide que recuerden, que recuperen y utilicen la información cada vez más rápidamente. Ellos necesitan memorizar información específica de manera muy detallada, así como configurarla de manera creativa e ilimitada en diferentes momentos del día.

La primera memoria, que es la más específica (llamada convergente) es útil para dar respuestas cortas o responder a exámenes de selección múltiple y para razonar de manera analítica y factual. La segunda es una memoria más general (divergente) y es útil para escribir ensayos o composiciones, relatar historias, interpretar poemas o describir a un personaje de manera única y original, agrega la Academia Americana de Pediatría.

Entre otras acciones la memoria incluye retomar la información, clasificarla, asociarla con lo aprendido anteriormente y consolidarla, pero si hay factores que le causen estrés o ansiedad y estén distrayendo la atención del escolar, esto se notará en un bajo rendimiento académico.

Por ejemplo, un niño en edad de primaria tal vez tenga dificultades para hacer una operación de tres pasos, aprender el alfabeto, los meses del año, las tablas de multiplicar o relatar una historia en secuencia correcta. De igual forma puede tener dificultad con el razonamiento abstracto, de manera que no tiene capacidad para resolver un planteamiento social mediante una operación matemática.

Los jóvenes también pueden experimentar dificultades de organización mental y, por lo tanto, ser incapaces de recopilar información de una manera útil. Las buenas destrezas organizacionales también ayudan a que los niños asocien información recién aprendida con un conocimiento existente, para que encaje en algo familiar y sea más fácil recuperarlo y utilizarlo.

Podemos enseñar a los niños y adolescentes con cinco sencillos pasos a afrontar el estrés:

1. Preparación: el niño asume que no hay razón para preocuparse: lo superaré y estaré bien.

2. Confrontación y Organización. Has paso a paso y sin correr. Puedes pedir ayuda si lo necesitas. Ya has salido de situaciones peores.

3. Afrontar el miedo: Relájate, respira hondo, presta mucha atención a lo que tienes que hacer ahora.

4. Anticipar consecuencias positivas: Cuando haya pasado, ¡te sentirás genial!

5. Reforzar el éxito: ¡Logrado! Lo has hecho muy bien. Has comprobado que puedes relajar la tensión.

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