¿Mal educa a su hijo?
Como padres hay una pregunta que siempre debemos hacernos: ¿Qué estamos haciendo con la educación de nuestro hijo? Si nos damos cuenta de que al educarlo cometemos algunos errores, hay que rectificar el camino, ya que la educación que le demos a nuestro hijo, definirá lo que será el día de mañana.
Seguramente, usted está repitiendo con su hijo los patrones de comportamiento de sus padres respecto a la educación que usted recibió, y es muy probable que repita los mismos errores que ellos cometieron, como, por ejemplo, prestar atención únicamente cuando él hace mal las cosas, como emberrincharse, contestar de manera grosera o no ser responsable.
Sin embargo, con esta actitud, deja de lado los actos positivos que sí desarrolla y no se refuerza lo positivo de sus acciones, lo que provoca que cuando él haga algo bien no se sienta útil o satisfecho.
Su hijo debe sentir que su buen comportamiento también tiene una recompensa, pero no hablamos de un premio material, sino de una palabra positiva que provocará que se sienta feliz al ver el orgullo de sus padres.
Si solo nos fijamos en sus errores, aunque no lo parezca, inconscientemente, reforzamos las acciones negativas, ya que las hacemos demasiadas notorias para el pequeño. Si solo le presta atención a su hijo cuando actúa de manera negativa, como cuando llora o hace berrinche, entonces se le envía un mensaje equivocado y así él sabrá, perfectamente, qué hacer para llamar su atención.
Pero, ¿Cómo educar correctamente?
Desde luego hay que implementar normas. Éstas son necesarias, por lo que es de vital importancia enseñarle a su hijo a cumplirlas, tal y como le sucederá el día de mañana en la escuela o en un trabajo.
Hay padres que no están de acuerdo en establecer normas, aunque son muy pocos. Lo que sí está más generalizado, es la tendencia a ser incoherentes en cuanto a su cumplimiento. Las normas no solo son válidas para los niños, sino también para los padres.
Si usted no las cumple, su hijo no entenderá por qué debe respetar lo que usted está incumpliendo. “Porque yo soy mayor”, “porque lo digo yo”, “porque yo soy tu padre” o “mientras vivas en mi casa, yo decido qué está bien o qué está mal”, son frases que no le están enseñando debidamente a su hijo como actuar en determinados eventos. Las normas son iguales para todos, si no tienen igualdad, pierden todo sentido. La aplicación de límites también es importante en su educación.
Si bien es cierto, que los límites deben estar siempre presentes en todas las situaciones, los niños no nacen conociéndolos. Por ello, debemos enseñarles hasta dónde pueden llegar en determinadas circunstancias. Los niños aprenden rápido, así que, cuanto antes actuemos, mejor. En cuestiones de educación es ahora o nunca. Antes de lo que usted piensa se harán mayores y todo aquello que no le ha enseñado se volverá en su contra. Ante todo, sea firme, responsable y coherente. Su hijo se lo agradecerá.
Para saber más del tema, puede consultar la revista digital Rompan Filas, dando clic aquí.
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